jueves, 22 de abril de 2010
"ASIDO DE LA MANO DEL SEÑOR."
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio
voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la
mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? – Mateo 14:30-31
El diablo hará cualquier cosa para
que usted quite sus ojos de la Palabra de Dios. Por ejemplo, causará
problemas en su vida, agitará las cosas de tal manera que su situación
sea como un bote de remos en una temepestad, hará lo que pueda para que
usted ponga sus ojos en el mundo físico y en la situación que lo rodea
y no en las promesas de Dios. Él sabe que si no logra ese cometido,
usted podrá valerse de las promesas de Dios para derrotarlo.
Esa táctica fue la que Satanás
utilizó contra Pedro. Cuando Pedro saltó de la barca en obediencia a la
palabra de Jesús, ¿qué sucedió después?: él anduvo sobre las aguas sin
ningún problema. Cuando Jesús le dijo "ven", él se aferró a esa palabra
y saltó al agua. Pero cuando quitó sus ojos de esa palabra y los volvió
a la tempestad, se puso a pensar que lo que él estaba haciendo no podía
ser posible; después de todo, él era pescador. Todos sus conocimientos
y toda su experiencia le decían que cuando las olas y el viento eran
tan fuertes, él sería arrastrado por ellas. Él empezó a fijarse en lo
que sabía del mundo natural en lugar de lo que Jesús le había dicho,
entonces su fe le faltó y él empezó a hundirse.
No permita que eso le suceda a usted.
Una vez que reciba alguna revelación de la Palabra de Dios, aférrese a
ella y no se fije en nada más porque el diablo hará cualquier cosa para
que usted desista de ella: agitará las cosas a su alrededor, tratará de
infundirle temor y traerá a su memoria cosas del pasado para hacerle
pensar como lo hacía antes en la vida vieja.
Pero no ceda. Fije su mira en la
Palabra de Dios hasta que sea más real que cualquier otra cosa, y podrá
andar sobre las aguas sin ningún problema.
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