¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: «El Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros nos anhela celosamente»? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: «Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes». Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.” Santiago 4:4-7.
Introducción:
En este capítulo cuatro, Santiago comienza su mensaje haciéndole saber a los hermanos que el materialismo es el causante de los crímenes y de toda clase de maldad, ya que el materialismo despierta la codicia en el corazón del ser humano, y termina completamente corrompido. El mensaje de él es contundente, para aquellos que solo pasan pidiendo lo material, queriendo que Dios satisfaga sus deseos carnales; y ese no es el propósito de Dios, El Señor no responde a lo que nosotros queremos, en otras palabras, él no se somete a nuestra voluntad, como pretenden enseñar los falsos ministros, somos nosotros los que estamos sujetos a su voluntad.
Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33.
Cuando el cristiano pone su mirada en las cosas de abajo, es decir en la prosperidad material, rápidamente es seducido por el mundo, haciendo que en poco tiempo empiece a practicar las costumbres de los mundanos.
Santiago condena toda relación con las tinieblas, es decir, no se puede utilizar la casa del Señor, con doble propósito, esto parece haber estado sucediendo en la iglesia en esos días en que Santiago escribe esta carta universal.
El les dice que toda amistad con el mundo, los constituye enemigos de Dios. Los frutos en una iglesia cristiana y de un ministro que esta coqueteando con las alucinaciones del mundo, es el espíritu de la soberbia. Al aparecer este fruto de soberbia es una evidencia de que Dios se apartó de esa iglesia o de ese ministro. Por eso la palabra hermosa de Santiago: Dios resiste a los Soberbios; esto es que Dios no los soporta tenerlos cerca. Pero da gracia a los humildes, la humildad de una iglesia o de un ministro es la evidencia que está marchando con el Señor.
La iglesia de Cristo está bien contaminada y en pleno adulterio con la apostasía y el ecumenismo que proclaman los pastores internacionales de la prosperidad y el clero de la gran ramera, y les puedo afirmar sin temor a equivocarme que son contadas con los dedos de la mano las iglesias de que hoy están predicando la sana doctrina del evangelio de la gracia de Jesucristo.
Son poquísimos los predicadores valientes que están proclamando el evangelio de la gracia de Cristo tal como lo enseñó Cristo y lo predicaron los apóstoles de Cristo, no los apóstoles de la prosperidad que hoy están controlando la iglesia cristiana casi en su totalidad.
Estamos en un período de transición de dispensaciones, estamos viviendo tiempos peligrosísimos, estamos transitando casi en el medio de la dispensación de la gracia hacia la dispensación del Reino, estamos a unas milésimas de segundos en el reloj de Dios para que LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO sea una realidad.
¿Cuál es el verdadero problema?
El gran problema de la iglesia es que se le está olvidando la auténtica esencia del evangelio de Cristo, ya cayó en las fauces de la doctrina de Jezabel, ya está atrapada, y está siendo vorazmente devorada por los dulces y acariciantes brazos de la apostasía y el ecumenismo que está liderando actualmente la gran ramera.
Que sea de edificacion a su vida.
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