Alguien escribió: «En el curso de los años, entre los cristianos se ha desarrollado la idea de que su llamamiento primordial es estar cerca de los demás, es decir, ser sensibles a sus necesidades y sufrimientos. Pero al leer la Biblia, vemos que el primer pensamiento de Yahshua era obedecer a su Padre y vivir constantemente en su presencia. Entonces podía desempeñar con los hombres lo que Dios su Padre le había encomendado».
Nosotros, quienes decimos que queremos seguir a Yahshua, primero debemos buscar su compañía, vivir cerca de él, sabiendo que además de estar presente, él interviene y responde. Entonces, cuando sobrevengan las dificultades o las tentaciones, nos sentiremos protegidos por esa presencia de amor. Y entonces también podremos ser atentos, respetuosos y abiertos con aquellos que nos rodean.
Al despertar cada mañana, a menudo los afanes del día nos asaltan. Nuestro primer deber consiste simplemente en apartar esos pensamientos, volviéndonos a Dios mediante la oración y escuchándole al leer su Palabra. Entonces nuestra vida será más fuerte, alegre y apacible durante el día. Si a veces nos damos cuenta de que, por decirlo así, hemos soltado la mano del Salvador, que nuestro reflejo sea volver a Él por medio de una corta y silenciosa oración. Él nos contestará, porque nunca nos abandona. Bendiciones.
Nosotros, quienes decimos que queremos seguir a Yahshua, primero debemos buscar su compañía, vivir cerca de él, sabiendo que además de estar presente, él interviene y responde. Entonces, cuando sobrevengan las dificultades o las tentaciones, nos sentiremos protegidos por esa presencia de amor. Y entonces también podremos ser atentos, respetuosos y abiertos con aquellos que nos rodean.
Al despertar cada mañana, a menudo los afanes del día nos asaltan. Nuestro primer deber consiste simplemente en apartar esos pensamientos, volviéndonos a Dios mediante la oración y escuchándole al leer su Palabra. Entonces nuestra vida será más fuerte, alegre y apacible durante el día. Si a veces nos damos cuenta de que, por decirlo así, hemos soltado la mano del Salvador, que nuestro reflejo sea volver a Él por medio de una corta y silenciosa oración. Él nos contestará, porque nunca nos abandona. Bendiciones.
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